martes, 19 de enero de 2016

LA MUJER EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

No es erróneo creer que muchas de las conversaciones que se plantean en los círculos de amigos están relacionadas a algunos acontecimientos sobresalientes de la televisión, radio, redes sociales u otro medio que se considere de comunicación. Los medios generan información y dicen de qué se debe hablar, cómo y cuándo. Además de ser transmisores de información también lo son de estereotipos que encasillan a las personas. Específicamente hablamos de los estereotipos en cuanto a los sexos: femineidad y masculinidad. No es inocente la diferenciación que se hace entre hombre y mujer en los programas, novelas en el lenguaje que se emplea para uno y para otro, es necesario poder revisar lo que se consume porque todo aquello se va instalando en nuestro cerebro y después es ejecutado en menor o mayor medida.
Primero hay que plantear que se considera estereotipo a una imagen estructurada y aceptada por la mayoría de las personas como representativa de un determinado colectivo. Esta imagen se forma a partir de una concepción estática sobre las características generalizadas de los miembros de esa comunidad(RAE).
A lo largo de la historia se ha considerado a la “mujer” como el sexo débil y debido a esto ha sido el blanco fácil de todo tipo de abusos. A medida que la historia avanzó la mujer comenzó una lucha en defensa propia que continúa hasta estos días, aun así hay muchas instituciones que se han encargado de mantener la ideología de la mujer como el sexo débil. Los medios de comunicación entran dentro de estas instituciones. Tan solo un pantallazo de lo que sucede con las mujeres y la exposición de su cuerpo en los medios nos muestra que se sigue observando a la mujer como objeto de muestra, como un trofeo. El lenguaje sexista coloca en un plano inferior la condición de ser mujer; el estereotipo de la mujer “modelo o tipo”como ama de casa sumisa, amable, madre de hijos, callada, soportadora de cualquier situación ha sido retransmitido y arraigado tanto en la sociedad en la que vivimos que cuesta mucho cuestionarla. Para estar en televisión una mujer debe cumplir ciertas características “impuestas por la sociedad” y ser: “delgada, voluptuosa, no pensante, risueña” modelo que luego intenta ser imitado por el resto de las mujeres que forman parte de la sociedad.Estos modelos de ser mujer impuestos no solo generan desigualdades entre las mismas que cumplen con los parámetros establecidos sino que también reafirman condiciones que social e históricamente se intenta destituir.
Pensar, analizar y reflexionar en lo que los medios de comunicación nos muestran es trabajo de cada uno. Como seres pensantes no hay que dejar que los medios nos dejen como meros consumidores y espectadores de las situaciones que se viven.
Al abordar el tema de la violencia que se ejerce en contra de la mujer no hay que dejar de lado el papel que juegan los medios de comunicación como transmisores de ideologías que siempre benefician a un sector de la sociedad. Hay que quitarse la venda de los ojos y dejar de mirar, oír con inocencia lo que se nos transmite. Si no hacemos nada nos convertimos en cómplices de la violencia que se perpetua por nuestra inacción






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